A día de hoy, Hipócrates.

Pretendemos aunar experiencias de diversos orígenes para fomentar la parte olvidada de la medicina occidental: la cabecera del paciente

lunes, 9 de noviembre de 2009

Apoyas la mirada, madre...

Apoyas la mirada, madre,
en mundos inexistentes
pletóricos de infundadas sospechas
¿miedos que desde siempre acechan?

Relatas historias, madre,
que a todos, tras cien días, aburren
menos a tus nietas, abuela,
saltos al pasado envuelto en cuento.

Saltas a tu música, madre,
esfera segura, carente de agnosia,
trazos, invisibles sonidos en la mente,
puentes inaudibles, tuyos desde la infancia.

Adivinas, madre, eso dices, adivina,
desde siempre Bruji, brujilinda,
historias sin razón ni fundamento
acuñadas con personajes muertos.

Sabes, madre, que algo te pasa.
Dices, sí, afirmas e insistes
en que estás sin memoria,
sin memoria, sí, con inteligencia.

Madre, mamá, alma mía,
la enfermedad de Alzheimer se asienta.

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