A día de hoy, Hipócrates.

Pretendemos aunar experiencias de diversos orígenes para fomentar la parte olvidada de la medicina occidental: la cabecera del paciente

miércoles, 29 de diciembre de 2010

La cotidianidad nos aplasta día a día...

...me lo ha dicho un borracho de 24 en el metro y un paciente en la consulta ...para pensar.

viernes, 24 de diciembre de 2010

VIVA EL ROLLO (DISCOS NO RADIABLES)

Texto de Roberto Sánchez
Fotografía de Mar Sacristán



Acudí a una ceremonia en la que la oficiante era una cura. La cura iba vestida de negro, por lo que de inmediato supe que no se trataba de un cura ni de un médico, que irremisiblemente van de blanco. La cura, lejos de pertenecer a la Iglesia o al Colegio de Médicos, pertenecía a la humanidad. Por eso, se trataba de una cura de humildad o de Betadine.

Me senté y se me ofreció un vaso de palomitas y un bol de coca-cola. Aquel hecho estaba acorde con la inversión que significaba aquel acto respecto a lo establecido. Hasta donde yo sabía, los médicos nunca te miraban a los ojos ni te leían los labios ni el alma, sólo tocaban las barrigas con las manos frías y siempre tenían prisa, lo que empeoraba más aún si se les atascaba la impresora. En un Centro de Salud se acaban los espéculos o el papel para enjugar las lágrimas de un paciente y no pasa nada, pero se pierde el papel con el que se hacen las recetas y se monta la de San Quintín.

Pero esta cura parecía levitar sobre los fieles, estar por encima del bien y el mal, resucitar al tercer día según las escrituras. Parecía una sherpa, una gurú, una curandera. Te llevaba de la voz a salas oscuras en las que uno aprendía a ser hombre. Qué tendrían que ver, pensaba yo, aquellas historias que me hicieron soñar la vida que soñé, con las obligaciones (contr)actuales, absurdas, del IRPF, de purgar los radiadores o de pelar la fruta.

Yo era un kamikaze de los sueños. Quería conocer la verdad en su estado más universal. Me parecía una mezquindad por un lado llegar sólo a la mía, trabajo que ya había realizado hace tiempo y por otro, creer que mi verdad era una verdad válida para explicar el mundo. He visto tanta gente obcecada en la suya propia, que se quedaba tan lejos de la verdad en estado universal, que no puedo menos que dudar de la mía propia.

Desde que me he convertido en un kamikaze de los sueños, hago lo que sea por conocer la verdad, y ni como ni duermo ni vivo.
Como mal; de cualquier manera. Desde que fui a Asia, y vi que allí la gente también respiraba y realizaba las funciones vitales, como arroz sin parar.

Por este motivo, creo que en este acto estaba teniendo el delirio de estar inmerso en un Arroz (Road) Movie. Porque mis sentimientos transitaban de un lugar a otro de mi cerebro por carreteras secundarias y de (hos)pe(d)aje (que viene a ser lo mismo que por (m/h)oteles de carretera).

En un momento en el que me recompuse (descomponerme era casi imposible por el arroz) y pude salir de mi cerebro, observé que la sala de espera del Centro de Salud se había convertido en una prolongación de mi domicilio. Entonces me di cuenta de por qué a aquellos médicos jóvenes les llamaban residentes y a lo que hacían, hacer la residencia.

Los sitios en los que hay frigoríficos se convierten inmediatamente en habitables. En un descuido vi una puerta que se abría y vislumbré al fondo un frigorífico. Entre un plato de arroz con atún (por ese detalle supe que también se trataba de mi casa) y una bandeja de canapés de salmón ahumado (yo veo una loncha de salmón ahumado en un Centro de Salud y sé que la industria farmacéutica anda cerca), había una vacuna contra el neumococo. La vacuna del neumococo se debatía entre el proletariado y el capital. El neumococo siempre ha tenido avidez por los pobres. El neumococo como el virus del papiloma desde siempre han sido muy clasistas.

Andaba algo confundido pues, acerca de la procedencia del lugar que acogía aquel acto. Quizá es que lo público se había manifestado en toda su expresión y por una vez me sentía en una instalación pública como en mi casa.

Empezaron a desfilar por el púlpito de la cura una serie de personajes que me hicieron dudar acerca de que me encontrara en un Centro de Salud. Lo que más me despistó es que se expresaron sentimientos, porque yo, como médico residente de Medicina Familiar y Comunitaria, era consciente que eso había quedado fuera hacía tiempo ya de la Medicina. Una vez a una mujer, que venía a por la baja porque había tenido un aborto involuntario, le dije que lo sentía y me miró con cara de extrañeza. En la misma proporción que otra que venía a por el permiso de maternidad, a la que le dije que enhorabuena.



Salió una enfermera que leyó unas frases de un poema de Ángel González y lloró. Esa era, muy probablemente, la primera vez que Ángel González entraba en un Centro de Salud. Ángel González es más bien de Metro, donde le exponen en los vagones. Era la primera vez que había visto a una enfermera (Leonor García Urosa) llorar en público y me gustó bastante. Las lágrimas de las enfermeras son bien lindas, porque tienen también algo de cura. A mí las de esta enfermera me curaron en salud. Fueron lágrimas (di)plomadas. El mundo, efectivamente, se divide entre las personas a las que le enternecen el llanto del personal de enfermería y del Ministerio de Asuntos Exteriores y a las que les parece un acto censurable que hay que aplastar sin piedad.

Habló después un director de cine (Rafael Alcázar), que contó su experiencia al frente de la escuela de la secuela de una intervención quirúrgica de un tumor cerebral. Era de las primeras veces que un paciente hablaba en un Centro de Salud de lo que había significado para él una enfermedad. Eso al médico nunca le importa, porque piensa que no es importante. Habló de que evitaba ser fotografiado por el miedo a verse la cara, de que tenía que buscar otras palabras para evitar las sílabas y las alocuciones que le eran difíciles de pronunciar. Parece que no, pero el dominar bien la sinonimia, te hace destacarte de sobremanera.

Desfilaron grandes personajes: Sara Bonet, estudiante de la ESO y actriz, una adolescente con la mirada inyectada de sueños. Miguel Soler, coordinador de Santa Hortensia, que le dio un cariz científico a algo que algunos creen que no lo es, con la belleza que eso conlleva.
Joaquín Martín, la voz de la megafonía de El Corte Inglés, que cuando te hablaba no sabías si querías comprarte la película de “El Velo Pintado” o subir a la sección de menaje del hogar. Yo voy mucho al Corte Inglés. Pero a mear. Yo a los sitios en los que se puede mear gratis les daría una subvención del Estado. Pasa igual con el McDonals. Todos los antisistema están en su contra pero luego bien que mean en él. Les reconoceréis rápido porque mean todo fuera, para joder. No hay nada más divertido y aventurero que viajar en Europa e intentar mear gratis a toda costa.
Tote Trenas, un magnífico curtido en mil batallas, nos contó mil y una historias.


He escrito esta crónica, lo reconozco, porque de vez en cuando una presencia me arrebata y me sumo en un estado de intranquilidad desasosegante, porque me vuelve a asaltar la duda de si la vida que soñé y que ya comprobé que no existe, existirá acaso de verdad.

En esta ocasión las presencias fueron varias. Aparte de la cura (María José Álvarez Pasquín), que ya me había arrebatado antes, aparecieron dos personajes venidos de la novelas de Kerouac. Quizá se refirió a ellos cuando escribió “La única gente que me interesa es la que está loca, los que están locos por vivir, locos por hablar, locos por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando como arañas entre las estrellas”.

Saltó al ruedo un señor con gafas de sol (Ricardo Cantalapiedra), recién salido del Rockola, que dijo una frase lapidaria, de la que no me acuerdo, pero que fue lapidaria. Estas cosas, ves, si no las apuntas luego no te acuerdas. Aunque digas: Bah, fijo que de esto me acuerdo. Al final nunca lo haces, pero está bien engañarse. Te hace sentirte por un momento seguro de ti mismo.

Luego, apareció un personaje que según salió a escena comenzó a subirse la camiseta. Por fin hace eso alguien en un Centro de Salud sin que necesariamente haya que auscultarle. Hablaba sin parar, se le entrecortaban las palabras. Un médico hubiera dicho que era porque le faltaba el aire. Yo sé que era porque no le entraban las palabras en la boca. Lo sé porque mientras hablaba vi como se le caía un diptongo y un hiato. Menos mal que lo tragó, porque si no le hubiera provocado una hernia de hiato. Su cerebro no dejaba de generar preposiciones, adverbios, phrasal verbs, false friends. Lo mejor de todo es que todo lo que decía era interesante. Pronunció sucesivas frases que fueron resumiendo sucesivas décadas. Cuando llegó al siglo XXI: Los 40 principales son mucho más dañinos que la cocaína.

Yo vine de provincias a Madrid para conocer a gente así. Todos los días me tiro de la cama, porque tengo la esperanza de encontrarme con alguien como el Mariskal Romero. El Joaquín Luqui del Rock and Roll. Por sus labios empezaron a desfilar todos los grupos legendarios de la época: Asfalto, Obús, Barón Rojo. Creo que le gustaba tanto Sudamérica como me gusta a mí. Le vi en You Tube con La Renga en el paraíso. El paraíso, si existe, se llama Argentina.
Mariskal ya anda maquinando la próxima sesión en el Centro de Salud de Santa Hortensia, que versará sobre Rock, Pop y Medicina.
Hablaba entre aspavientos y sobresaltos. Mariskal es de esa gente, que sabes que los minutos pasados a su lado valen oro.
Fuimos a tomar algo a la biblioteca del Centro unos cuantos y le dije: Mariskal, esto es como el backstage. Allí, Mariskal comenzó a oficiar la liturgia. Cuando el Mariskal habla no se mueve ni dios, como cuando lo hace el sacerdote, el catedrático, el cirujano, Ramonet, Rafa Bravo o Patti Smith.



Abandoné la biblioteca y otra vez me asaltó la duda de si estaba o no en casa.
Me fui hacia la nevera y sólo encontré unas empanadillas industriales (de las de la industria farmacéutica) y un colirio de lágrimas. Probé una y me di cuenta de que no eran artificiales (las lágrimas, no las empanadillas; éstas ya he dicho, eran industriales), ya que calculé que tenían unos 145 miliequivalentes de sodio, igual que la natremia, como es el caso de la lágrima humana.

Alguien, abrumado por el acontecimiento histórico, había recogido las lágrimas de la enfermera. Yo, para mi trabajo de fin de residencia, andaba diseñando un instrumento análogo al sacaleches de las puérperas, pero para las lágrimas. Había escrito unos relatos que hacían llorar y estaba intentando validarlos, como los cuestionarios para la depresión, la demencia y eso. No es bueno retener los fluidos, porque la presa un día se desborda.
Sobre las cavidades que almacenan la leche, las lágrimas, el líquido ascítico, el derrame pleural, el semen... hay que incidir periódicamente para asegurar su vaciado.

Tenía entre mis manos un tesoro, mi base de datos, mi muestra. Las lágrimas de un sanitario (el agua de la cisterna) era un documento líquido de magnitud. Me volví loco de poder. Se iban a enterar ahora los de la revista Atención Primaria que me habían rechazado ya no sé cuántos artículos. Miré hacia los lados y no había nadie. Me comí casi todas las empanadillas del tirón, ya que mi descontrol me hacía comportarme a lo bereber, comiendo y bebiendo cuando hay oportunidad, ya que nunca sabe uno cuándo va a poder volver a hacerlo. Me estoy entrenando en el ejercicio de la lipofilia por este motivo. Metí las empanadillas que restaban y el colirio en una bolsita.

Cuando salía, todas las administrativas levantaron la cabeza del 20 minutos y me miraron. En el bolsillo del pantalón, apreté fuerte el colirio y pensé: de ésta sí que me echan del trabajo. Sorprendentemente, me sonrieron y me dijeron todas adiós, a pesar de no conocerme de nada, lo que me dejó más tranquilo y seguro respecto a que aquello no era el mundo real.
En efecto, unas personas como Mariskal Romero y Ricardo Cantalapiedra no pueden habitar en un mundo tan putrefacto como éste, las enfermeras no pueden llorar, los pacientes no pueden asistir a una actividad con sus médicos, en armonía, sin ser los enemigos a los que hay que regatearles la baja, la receta, la prueba. Un médico no puede dedicar su tiempo a organizar una actividad para el beneficio de la comunidad. El Centro de Salud no puede ser una prolongación de la calle. El frío de la calle nunca entra en los Centros de Salud, aunque sea en los corazones de la gente.

Por otro lado pensé que quizá ese Centro era diferente. Tenían al menos frío artificial para mantener a una adecuada temperatura las lágrimas artificiales. En ese momento me di cuenta de que el frío del frigorífico era el frío de la calle, la cotidianeidad era lo que conservaba a proletarios y capitalistas por igual, igual que la enfermedad los igualaba ante la vida, por más que el neumococo y el virus del papiloma se empeñen a veces.

Me metí en la cama sin saber si estaba realmente en mi casa o en el Centro de Salud. Al despertar me di cuenta de que había sido todo un sueño. Fui a la nevera y saqué unas empanadillas que había guardado en una bolsita. Efectivamente había un colirio, pero estaba vacío. Me comí las empanadillas. Las encontré extremadamente saladas.



El 16 de Diciembre de 2010 se celebró en el Centro de Salud de Santa Hortensia un encuentro entre pacientes, público y sanitarios acerca de Medicina y Cine, presentado por la Doctora María José Álvarez Pasquín. Fue un éxito en todos los sentidos.

“Viva el rollo”, es al Mariskal Romero lo que “El que no se haya colocao, que se coloque” a Tierno.

Mar Sacristán es Médico de Familia. Hizo su residencia en el Centro de Salud Santa Hortensia, Madrid.

Roberto Sánchez es Médico residente de cuarto año, Medicina Familiar y Comunitaria, Centro de Salud Prosperidad, Madrid.

Correspondencia: robertojosesan@yahoo.es
http://1palabratuyabastaraparasanarme.blogspot.com/

Santa Hortensia y Prosperidad están uno detrás del otro, por eso se dan la espalda.

lunes, 20 de diciembre de 2010

“Cine con y para pacientes”

“Cine con y para pacientes” En la sala “Espera” Centro de Salud Universitario Santa Hortensia 13.30-15.30 el 16 de diciembre 2010



Ayer jueves se utilizó la sala de espera del centro de salud Santa Hortensia para disertar sobre cine y medicina en el contexto de la tradición humanista de la sanidad -desarrollada ahora en el contexto de actividades comunitarias de Humanismo y Medicina en el centro de salud universitario Santa Hortensia- y considerando que el desafío actual de la educación médica es saber atender al paciente en toda su dimensión humana y no solo en la corporal en lo que la técnica consigue medir y en conjugar un conocimiento profundo de la enfermedad y de la personalidad de quien enferma, de lo que la ciencia es capaz de evaluar y de la intimidad que la intuición profesional revela.

A raíz de las preguntas ¿por qué el cine recurre con tanta frecuencia a la enfermedad en sus guiones?; ¿por qué la medicina se interesa por el cine?; ¿se manifiestan los avances de la medicina en el cine?; ¿qué utilidad puede tener el cine para la divulgación y la formación biomédicas?; ¿tiene el cine un poder terapéutico?, los numerosos ponentes hablaron sobre su práctica profesional desde el cine o desde la medicina e hilvanaron de forma amena sus actividades con sus experiencias de la enfermedad o de la pantalla. Por primera vez se ha enseñado otro punto de vista de ver las películas, el sanitario y el terapéutico, además del docente.

Para empezar, una intervención de los que empiezan, que de ellos es el futuro –donde Woody Allen quiere estar- Sara Bonet, estudiante de 14 años con su primer corto en plena ejecución y que tiene que ver con la violencia de género. ¿Artista en ciernes? ¿Médico del futuro?

Joaquín Martín paso por las enfermedades en el cine y además de gripe- por eso de estar de moda y ser la época- tocó especialmente el cólera, de moda también y a raíz de la película el Velo pintado, enfermedad de la que todo el mundo oye hablar por el brote actual en esa isla que no sale de sus problemas: Haití.

La cercanía de enfermería, en ese cuidado a pie de cama del paciente quedó reflejada en las palabras de Leonor. En esa historia que es el cine, la vida, la muerte y la salud en medio y en esa otra historia que es la medicina, de la cuna a la cama y de la cama al cementerio, el nudo que supone la enfermedad en la vida de los pacientes se ayuda a un buen desenlace con la intervención de los sanitarios. El reflejo del cine español en la actividad fue magnífico pues muchas películas suponen un punto de inflexión en este aspecto concreto.

La investigación en el cine o el cine como medio de investigación fue tratada por el dr. Soler, aportando elementos desde el descubrimiento de los haces de Purkinje, a una noticia de dos días antes en la que el desarrollo de un primer órgano humano-un intestino- es el primer paso en un camino que parece el de Avatar, esperemos que sin llegar a un grado de destrucción humana –física, del medio ambiente y de la ética- como se muestra en la película.

Las intervenciones de Rafael Alcázar, director de cine, y Tote Trenas, director de fotografía, aportaron la proximidad de profesionales del cine, con una perspectiva del otro lado, cálida, real, mostrando ese trabajo ingente que no se ve por los espectadores, a las inmediaciones de experiencias personales vitales que les impulsaron a participar en este evento. La luz que aportó Tote en escenas concretas se reflejó en las sonrisas y bienestar de los asistentes. Alcázar relató cómo la realización de la película “Besos de gato”, esos besos que lo curan todo, como dice la protagonista, fue clave para su recuperación de una enfermedad que le había incidido de forma grave, afectándole tanto su organismo co
mo su imagen corporal, la percepción de si mismo, y su bienestar psicológico, más sensible en cuanto al espectro de imaginación, como la luz los colores, que no todos percibimos lo mismo. La audiencia quedó impactada ante la realidad del cine terapéutico, con la curación que proporciona el entusiasmo por un proyecto, como dijo Ortega.

Otros temas abordados fue la ética profesional en el cine, los modelos de médicos, las enfermedades encarnadas en pacientes y un sinfín de cosas más.

La participación espontánea de pacientes en el coloquio, hablando sobre el papel del cine como motor de vocaciones sanitarias o sobre los diferentes directores de fotografía fue para nosotros el premio a la actividad, esa sensación objetivo conseguido.

Por último, tanto las palabras de Ricardo Cantalapiedra como de Vicente Mariscal Romero, animaron a seguir en esta línea de actividades y además de proponerse la siguiente “Pop-rock, danza, poesía y salud” y la siguiente “Teatro, literatura y formas de enfermar” y la siguiente “Humor y pacientes”, rompieron moldes tanto por su presencia, como por la propuesta de ¡Consultas sin bata!, ya existente en Inglaterra.


La iniciativa quedó evaluada en un 9,6 en la encuesta de evaluación realizada, tanto por pacientes, como por profesionales, contestada por un 75% de los asistentes. El 100% repetiría estas actividades de Humanismo y Medicina con y para pacientes, como esta del cine o la anterior que se celebró de Ópera en la sala de espera.

Programa
 ¿Por qué esta sesión? Con Leonor García Urosa

 Cine y enfermedades. Con Joaquín Martín

 Cine y enseñanza a la sociedad. Con Sara Bonet

 Cine e investigación. Con Miguel Soler

 Cine y pacientes. Con Rafael Alcazar

 Cine y profesionales sanitarios. Con Mª José Álvarez-Pasquín

 Cine y docencia sanitaria. Con Tote Trenas

 Cine y poder terapéutico. Con Rafael Alcazar

 Cine, medicina y bandas sonoras. Con Vicente Mariskal Romero

 Lo próximo: Rock-pop, danza y poesía y salud

Colaboradores

Leonor García Urosa, enfermera del CSU Santa Hortensia, aficionada al cine, tanto que no se pierde ning

ún año el Festival de Cine de Valladolid, además de acudir a algún otro. Son suyas las frases “¿Qué es el cine? La vida, la muerte y la salud en medio” y “¿Qué es la Medicina? De la cuna a la cama y de la cama al cementerio”.

Joaquín Martín es la voz que todo el mundo conoce porque nos saluda desde altavoces recónditos en el Corte Inglés o nos asalta por la radio. Es periodista y trabaja de forma independiente para diversos medios, ha expuesto fotografía y poesía y tiene premios por algunos de sus escritos. Además imparte clases sobre locución para profesionales.

Sara Bonet, estudiante de la E.S.O. que quiere ser médico. Actualmente realiza un curso sobre cinematografía y ha sido seleccionada en su primer casting por representar el papel de una hija atribulada, llorosa y que sufre por el maltrato que el padre inflige a la madre de ficción.

Miguel Soler, médico y coordinador CSU Santa Hortensia, que acude a una sala de cine todas las semanas del año con su mujer; co-autor del artículo en ciernes “Cine y Medicina: mucho escrito, todo por hacer”, donde aborda especialmente la relación del cine español con las enfermedades.

Rafael Alcazar es director y productor de cine. Su trayectoria ha tenido mucho que ver con la medicina. Con la realización de la película Besos de gato conoció de forma intensa y personal el poder terapéutico del cine, que tiene mucho que ver con lo que dijo Ortega de que al hombre le hace el entusiasmo. De forma quijotesca, peleando contra molinos de viento por los aconteceres que ocurrieron en la filmación de esta película documental, logró terminarla dándonos una versión de Las locuras de Don Quijote impregnada de idealismo y cariño. El puro Don Quijote universal.

Mª José Álvarez-Pasquín, médico CSU Santa Hortensia que igual investiga sobre vacunas, que no recibe a los representantes de la industria, que participa en un encuentro digital en “El Mundo”, que sale en “El País” por montar un pifostio en el vestíbulo del Centro de Salud en el que se canta ópera y en el que se proyecta cine, o que igual se entiende con la SEMFYC que con Cáritas, que le da charlas a (ex)cocainómanos para que coman tres porciones de fruta al día y cuatro piezas de pescado a la semana. (Descripción de Rober)

Tote Trenas. Es el mago de la luz que compatibiliza labores de director y director de fotografía y mil iniciativas creativas. En TV es responsable de la imagen de numerosas producciones en los formatos más diversos, entre otros Medicina China Tradicional. Su labor en la pequeña pantalla se centra precisamente en las series. En Cuéntame cómo pasó (TVE) dota a las imágenes de un color y una textura que ayudan al espectador a captar la atmósfera de la España de los últimos años 60, con esa luz de bombilla que había. También Padre coraje (Antena 3) y autor del concepto de imagen y fotografía de la primera temporada de Hospital central (Telecinco). En cine, es responsable de la imagen de unos 50 largometrajes. Acaba de estrenar Ispansi.

Vicente Mariskal Romero. Es el pionero en España de la radio y prensa musical de ámbito rockero.

Gracias al programa “Ciudades del Mundo” para Radio Nacional colaboró en las dos grandes emisoras musicales europeas: Radio Luxemburgo y BBC, donde convivió con los mejores disc-jockeys de la época de los 80. Al grito de “Viva el Rollo” fundó el sello discográfico “Chapa” que marcó la gran eclosión del rock en español para todo el mercado cultural latinoamericano. Escribió un libro – disco, con lo que significó aquella movida: Chapa, Historia de una Etiqueta y creó la revista “Heavy Rock”, la edición española de la inglesa “Kerrang”, y el mensual “Rock & Gol”,demostrando estar en la vanguardia con la web Mariscalrock.com y estar en las redes sociales.

Ricardo Cantalapiedra. Periodista y escritor que colabora con “El País” además de redactar en el blog Mis fotos sobre Madrid. Sus artículos siempre acertados e incisivos en ocasiones ponen hechos reales en un punto especial de mira. Nos apoya incondicionalmente.












miércoles, 8 de diciembre de 2010

GRIETAS, FISURAS, ARRUGAS Y BACHES.

El mundo se asienta sobre superficies planas. La realidad es una suerte de desgracia existencial que lo acaba arrastrando todo. El ser humano necesita unos cuidados esclavos y fundamentales como la comida, el sueño, el aseo. Otros accesorios, como la literatura o el cambio periódico de ropa interior.
Pero a veces, tras obviar la inmoralidad que representa tener que dedicarse toda una vida a solucionar asuntos domésticos de este calibre, podemos dedicarnos a buscar las grietas de la realidad.

Las grietas son un pasadizo hacia el centro de la tierra, donde se esconde la flor. La flor, me cago en sus muertos, siempre se esconde pero bien adentro. Nunca nada en la superficie como los nenúfares.
Unas veces hay que aguantar despierto y borracho hasta las seis de la mañana en una discoteca para acabar oliéndola en una pensionzucha del sur de la ciudad, treinta minutos antes de la hora en la que tenías que estar en el trabajo. Otras veces hay que cruzarse el Atlántico en su búsqueda. Otras veces hay que montar una red de espionaje informático durante años para acabar hallándola. Otras te pasas la vida entera buscando y en el último suspiro te das cuenta de que no la encontraste, y de que tu vida entera ha sido un fracaso.

La sociedad está llena de gente gris. El colectivo médico mucho más aun. Lo que en la realidad son grietas en nuestro medio son baches. Pero como siempre, en medio de la mediocridad acaba aflorando la autenticidad, aunque haya que rebuscar entre los contenedores y bajarse al moro.

Los servicios de Medicina Familiar son entelequias. Están en el limbo. Si no tienes cuidado, puedes pasarte tú también tu carrera en el limbo. Como los mercados o las viviendas de protección oficial, al final no puedes menos que dudar de su existencia porque todo el mundo habla de ellas, pero nadie las ha visto.

En nuestro gremio, como en la realidad, hay que estar bien alerta para que cuando la grieta te ofrezca los labios, penetres en ella sin vacilar. Salvo por algunos bacilos, fundamentalmente Gramm positivos, como Neisseria Gonorrhoeae (ya sé que es un coco pero era muy bueno como para no intentarlo), esto debiera ser así. Hay que fijarse de no darte de frente con una grieta y no confundirla con una arruga, que no es lo mismo.
Si se te cruza la grieta de la realidad no puedes abstenerte, abstraerte, ni ser abstinente o abstemio. Aunque hay que tener cuidado, pues la embriaguez y la resaca te pueden llevar a percibir la realidad como no es. Aunque esto, por otro lado, tampoco es tan grave, la mayoría lo hace así y nadie la amonesta.

Cuando montamos el proyecto de organizar unas sesiones clínicas para los residentes de Medicina Familiar y Comunitaria del Área 2 de Madrid, queríamos encontrar las grietas de la profesión. Porque éste era el primer paso para encontrar las grietas de la realidad.

La Atención Primaria no es más que una excusa para explicar la realidad. No es más que el mejor vehículo que existe, en mi opinión, para llegar a ese deseo de los desesperados de la vida como yo, del conocimiento de la verdad, de la sociedad y de la defensa de los perdedores en sus diferentes modalidades.
La verdad tiene a veces silueta de infiltrado neumónico, otras de botella de vino barato y otras silueta cardíaca de corazón de fiesta. Unas de coliflor, como el condiloma y otras de rosa (de bengala).

Os detallo el programa de nuestros próximos encuentros debajo. Se celebran de 16:00 a 18:00 horas en los días que se detallan, en la Gerencia de Atención Primaria del Área 2 de Madrid. Calle O'Donnell 55. Metro O'Donnell.

Tenéis que saber que estos seminarios se han declarado “libres de humos industriales”, lo cual quiere decir que rechazan cualquier tipo de relación directa e indirecta con la industria farmacéutica y que están libres de pecado y protegidos de toda perturbación de las que origina “La Bicha”.
Las relaciones de los médicos y de sus jefes con los laboratorios farmacéuticos son un fenómeno realmente escandaloso y pueden llegar a la vergüenza y a la gravedad de los hechos que relato en este enlace:

http://farmacriticxs.blogspot.com/2010/12/docencia-de-la-decencia.html

Estáis invitados, previa comunicación de intención de asistencia a: sehizodedia@gmail.com

Un abrazo.

Roberto Sánchez
Médico residente de cuarto año, Medicina Familiar y Comunitaria
Centro de Salud Prosperidad
Madrid

http://www.1palabratuyabastaraparasanarme.blogspot.com/

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15 Diciembre miércoles:
Dámaso Rodriguez, Enfermero del SAR de Mejorada del Campo, profesional polifacético curtido en mil batallas, animador sociocultural, enfermero de las categorías inferiores del Real Madrid, docente, gestor en potencia, nos dará un taller acerca de “Educación para la Salud en Atención Primaria”, tema en el que se mueve como pez en el agua, debido a su experiencia organizando actividades de este tipo.
Imparte cursos sobre el tema en la Agencia Laín Entralgo.

13 Enero jueves:
Un equipo formado por Doctora y Enfermero nos pondrá al día de sus andanzas a pie de calle y en los domicilios de los habitantes de la Cañada Real.
Adjunto en el enlace un texto imprescindible, por la posibilidad única de adentrarse de un tirón en una grieta, firma de Beatriz, la Doctora del equipo.
http://www.actasanitaria.com/fileset/doc_60394_FICHERO_NOTICIA_42598.pdf

18 Enero martes:
El Doctor Ballesteros, médico del centro de ETS Sandoval, capo de las ETS, que quizá pueda ser lo más parecido que podamos encontrar hoy en día al antiguo venereólogo.
Tiene un conocimiento muy extenso del tema y arrojará luz sobre decisiones que tomamos en Atención Primaria que no tienen ningún fundamento. Expondrá su teoría sobre las citologías, el HPV, las PCRs.
Es un profesional único éste hombre, hecho a sí mismo, con una opinión muy trabajada e independiente.

En Febrero, día aún por definir:
La Doctora María José Alvarez Pasquín, médico de familia del Centro de Salud de Santa Hortensia, nos ilustrará de su saber.
La Doctora igual investiga sobre vacunas, que no recibe a los representantes de la industria, que participa en un encuentro digital en “El Mundo”, que monta un pifostio en el vestíbulo del Centro de Salud en el que se canta ópera:
http://hipocratesadiadehoy.blogspot.com/2010_05_01_archive.html en el que se proyecta cine: http://hortensiasysalud.blogspot.com/2010/11/cine-con-y-para-pacientes-en-hortensias.html y que sale en “El País”: http://www.elpais.com/articulo/madrid/Opera/ambulatorio/elpepiespmad/20100524elpmad_6/Tes . Igual se entiende con la SEMFYC que con Cáritas, que le da charlas a (ex)cocainómanos para que coman tres porciones de fruta al día y cuatro piezas de pescado a la semana.