A día de hoy, Hipócrates.

Pretendemos aunar experiencias de diversos orígenes para fomentar la parte olvidada de la medicina occidental: la cabecera del paciente

domingo, 7 de noviembre de 2010

Creer de nuevo en el Arte: ¿creer de nuevo en la salud?


Con el café de hoy estoy leyendo el periódico de ayer y me encuentro con la grata sorpresa de dos personas que entiendo que de alguna manera sufren. Reivindican el arte como denuncia, o utilizan el arte para denunciar y los medios de comunicación les dan eco, eco para remover nuestras conciencias y ojalá que las de otros. Ya escribí que el acusado compra arte como inversión de aquello que es una denuncia a su modo de actuar y que es la incongruencia del Arte como expresión de la sociedad, contrapunto de su evolución. Estos dos artistas no se prestan al juego.
Uno es Santiago Sierra, artista madrileño, de nuestra tierra, de vuelta a la capital tras varios años de ausencia mejicana, que ha renunciado al premio nacinal de las Artes Plásticas 2010 concedido por el Ministerio de Cultura (?? las interrogaciones van por el ministerio y su labor). Y comparto lo que ha dicho a nuestros políticos sean del color que sean: "Este premio instrumentaliza en beneficio del Estado el prestigio del premiado. Un Estado que pide a gritos legitimación ante un desacato sobre el mandato de trabajar por el bien común sin importar que partido ocupe el puesto". En definitiva, lo mismo que decía Sócrates y por lo que se tuvo que beber la cicuta y, claro, morir. por orden de los que detentaban el poder. Más de lo mismo.

Me gustó lo que hizo hablando de Wagner a Madonna pasando por Star Wars. Una visión de lo que pasa ahora en el mundo y es lo mismo que pasa de la visión de la salud. Hay percepciones críticas y no sin razón que invitan a una seria reflexión.
El otro es Ai Wei Wei, en arresto domiciliario por el gobierno chino, fuera a ser que en la fiesta esa que iba a dar a 1000 personas, los revolucionara contra la Revolución China, esa que ha hecho perder la milenaria historia de China, dejando solo par de recuerdos como souvenir para turistas. A Ai Wei Wei lo conocemos por El nido de los Pájaros, estadío olímpico de Beijing. Una maravilla.
Ya disfrutamos de su obra en España hace poco más de un año, un artista de los de antes, holístico como se dice ahora, renacentista, con mil facetas.Sus semillas de girasol de porcelana en la Tate son tóxicas como su obra para el gobierno de su país. Un gobierno que anula la libertad de sus ciudadanos.


Me pregunto si estas críticas aplicadas al modelo de salud-enfermedad, a nuestros nuevos modos de entender los procesos de curación, la aceptación de las nuevas tecnologías, los nuevos fármacos con lo que conllevan, la diversidad en el mundo, con los que acceden a todo frente a los que no tienen nada, nos llevarán a una nueva forma de entender la Medicina. ¿O destruiremos el progreso por no aceptar el enriquecimiento de la industria farmacéutica? ¿Seremos capaces de renunciar a un fármaco carísimo o a su experimentación en nosotros mismos si supone nuestra única vía de mantenernos con vida? ¿Renunciamos a nuestro bienestar, es decir, a un mayor riesgo de enfermar, porque se curaran, mejoraran o no enfermaran otros en el contexto de una mejor salud global? Las voces críticas ¿cuánto y de que manera impactan la opinión pública y la opinión de los sanitarios? ¿Sabemos armar a los que nos toca, los médicos, unas actitudes basadas en creencias y conocimientos que redunden en el bien de la población a las que nos toca cuidar?
El arte expresa también la salud y la enfermedad. Esperemos que los médicos, humanistas desde el comienzo de la historia, sepan también tener un papel armonizador y curativo y además sepamos evitar posturas que pueden ser muy perjudiciales para nuestros pacientes, que son precisamente eso, pacientes, aunque a veces no nos lo creamos.

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