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jueves, 17 de diciembre de 2009

La autoría fantasma de artículos científicos y la manipulación orquestada de la opinión pública

Un artículo editorial de la revista de acceso abierto PLoS Medicine (PLoS Med 6(9):e1000156.) comenta el escándalo destapado a raíz de una investigación abierta por la justicia norteamericana sobre prácticas irregulares en la redacción y difusión de artículos científicos.
El caso se refiere a la compañía farmacéutica Wyeth quien contrató los servicios de una empresa de comunicación médica para promocionar un medicamento (la hormona Prempro para tratar los síntomas de la menopausia). Los numerosos documentos puestos a la luz pública (unos 1.500) gracias a las acciones emprendidas por esta revista (
Wyeth Ghostwriting Archive) y por el periódico The New York Times demuestran con detalle la existencia de una estrategia coordinada y una campaña cuidadosamente orquestada para la elaboración de "artículos fantasma" por parte de Wyeth y la empresa de redacción médica. Esta práctica, conocida como ghostwriting, consiste en la elaboración de artículos científicos por parte de autores no declarados (autores fantasma), cuyo mensaje y contenido es decidido por la compañía, y que luego son firmados por académicos de prestigio seleccionados a posteriori, lo que facilita su publicación en revistas de impacto y les proporciona credibilidad. Estas prácticas, que afectarían también a la publicación de ensayos clínicos y otros trabajos de investigación, suponen la utilización del prestigio académico de los médicos por parte de la industria para cumplir con sus objetivos comerciales.
Los editores de PLoS Medicine declaran que ésta es "una de las exposiciones nunca antes vista de forma tan convincente, de la manipulación sistemática y el abuso de la publicación académica por parte de la industria farmacéutica y sus socios comerciales en su intento de influir en las decisiones de salud de los médicos y del público en general".
Asimismo, señalan la pasividad y connivencia de editores, universidades y sociedades científicas, quienes minimizan la importancia y repercusión de este fenómeno y tienden a pensar que poco se puede hacer para detenerlo. En algunos círculos académicos, el reclutamiento de “autores” académicos incluso parece ser algo aceptable, de modo que la industria ya no necesita recurrir a campañas de marketing sino que difunde “evidencias” por medio de artículos académicos de revisión aparentemente respetables, artículos de investigación original e incluso ensayos clínicos. Todo ello contribuye a socavar la confianza del público en la investigación que se publica.
El interés de la revista por hacer públicos estos documentos se debe a que su análisis puede proporcionar un mejor conocimiento de estas prácticas irregulares y sus mecanismos, lo que, además de generar un mayor interés y sensibilidad por el tema, ayudará también a desarrollar medidas que permitan combatirlo. Entre éstas, se encontrarían las acciones emprendidas por los editores de las revistas que, mediante políticas editoriales claras y, si es preciso, sanciones, deberían rechazar toda práctica que intente ocultar la verdadera autoría o cuando la participación de redactores médicos suponga algo más que un apoyo técnico a los verdaderos autores. De lo contrario, estas prácticas continuarán produciendo daños irreversibles y duraderos como resultado de la falta de información veraz para quienes prescriben y para los pacientes acerca de los riesgos de los tratamientos.
Fuentes de referencia:
The PLoS Medicine Editors 2009 Ghostwriting: The Dirty Little Secret of Medical Publishing That Just Got Bigger. PLoS Med
6(9):e1000156. doi:10.1371/journal.pmed.1000156
Wyeth Ghostwriting Archive [citado 2009 Nov 13]Disoponible en:
http://www.plosmedicine.org/static/ghostwriting.action
Singer N. Medical Papers by Ghostwriters Pushed Therapy. The New York Times.
Agosto 4, 2009.

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